Museo Casa Hernández. Salta. Julio 2020
Desde que se nos ha impuesto la necesidad de taparnos la cara como símbolo de buena educación, el barbijo se instaló en la cotidianeidad casi como una de regla de cortesía. Salir sin barbijo a la calle es casi como ir desnudo a una fiesta de cumpleaños. Pero, como sucede con todas las “buenas costumbres”, el límite de lo que se impone como obligación se puede convertir, muy rápidamente, en intolerancia ante lo que no se quiere mostrar.
Transitando ese límite, por iniciativa de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Salta, convocamos a un grupo de artistas para que intervengan este objeto inesperadamente normalizado y rasguen con sus trabajos el velo que oculta la vida cotidiana. El arte transforma las experiencias cotidianas de lo sensible y destruye las identidades de los objetos y las personas. Estos barbijos intervenidos, muestran que lo normal es siempre transitorio y que lo que se impone como ley se puede transgredir como obra. A partir de técnicas y estilos muy diversos, los barbijos se transforman y nos invitan a transformarnos en otrxs poniendo un signo de interrogación en las “nuevas normalidades” que las “buenas costumbres” imponen como legalidad.
Hernan Ulm (curador)